jueves, 14 de julio de 2016

Human Rights Watch exige fin de los exámenes anales forzosos que se usan para "probar" la homosexualidad


"Los exámenes anales forzados son una practica invasiva, dolorosa y profundamente humillante, y son una violación flagrante de las obligaciones de los gobiernos en materia de derechos humanos", denunció Neela Ghoshal, investigador de los derechos del programa de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) de la organización Human Rights Watch. Esta ONG de derechos humanos publicó ayer un informe sobre las exploraciones anales en hombres y mujeres transexuales acusadas de sexo consensual homosexual en países donde la homosexualidad sigue siendo castigada por la ley.

De acuerdo con la organización con sede en Ginebra, al menos, ocho países han practicado dichas revisiones en los últimos cinco años: el Líbano está tratando de poner fin a esta práctica, Egipto y Túnez que los utilizan con frecuencia durante demandas en contra de  hombres que han tenido relaciones homosexuales, y también y Kenia, Uganda, Camerún, Turkmenistán y Zambia. Sin embargo, según Ghoshal, "en 2016, nadie debería ser sometido a exámenes dolorosos y degradantes que se basan en  teorías y creencias de 150 años de antigüedad. "


Estas pruebas en realidad emanan de las teorías desarrolladas en el siglo XIX según las cuales se puede identificar a una persona que tiene relaciones sexuales por el tono o la forma de su esfínter anal. Sin embargo, los expertos forenses internacionales ya han barrido esta hipótesis y determinado que dichas pruebas son innecesarias, crueles y degradantes. Para el doctor Sami Kawas, médico forense en el Líbano, esta es la "mentira más grande  en la historia de la medicina" porque "no se puede probar que una persona es homosexual, por ninguno de estos exámenes. "

Por otra parte, de acuerdo con el Relator Especial de la ONU sobre la tortura, estos exámenes "intrusivos" "degradante" y " sinningún valor médico" equivalen a "tortura o malos tratos", algo que está prohibido en la legislación nacional de lps países infractores.

De acuerdo con un panel independiente de expertos forenses, este tipo de exámenes es similar, incluso a "una forma de asalto sexual y violación." De hecho, estos exámenes consisten en una penetración forzada, traumática para los que la sufren, como Human Rights Watch han comprobado al entrevistar a treinta personas en todo el mundo:

"Cuando me vestí, me esposaron y me llevaron, completamente en shock. No podía soportar lo que estaba pasando ", dice un estudiante de Túnez. "Todavía tengo pesadillas sobre ese examen. A veces no consigo dormir cuando lo recuerdo. Nunca habría pensado que un médico podría hacerme tal cosa ", dice un joven camerunés, nueve años después de los hechos.

Más allá de la despenalización de la homosexualidad que exije Human Rights Watch, la ONG afirma que nadie debe ser detenido por su conducta sexual privada, pero cuando llegan esas detenciones, los exámenes anales forzados añaden una capa adicional de crueldad y  abuso innecesarios.

Cada país debe garantizar los derechos humanos y la dignidad de las personas acusadas de relaciones homosexuales, y reconocer que la prohibición de la tortura se extiende a todo el mundo, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.

Además, Human Rights Watch exige que estas violaciónes de los derechos humanos se  tomen en cuenta durante el examen periódico universal de los Estados en cuestión en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. La ONG pidió también que el experto independiente en derechos LGBT  de la ONU - cuya posición se acaba de crear - tome en cuenta su informe.

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